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*KOKOA* KANELA Y KAFE *

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miércoles, 30 de septiembre de 2009

* la Nutrición Alcalina *


La Nutrición Alcalina
Por Clara Patricia Montaño
Utilizando el microscopio como herramienta, mi trabajo se trata de detectar en que estado se encuentran nuestras células, los glóbulos rojos y los blancos, y sobre todo en que estado se encuentra el plasma sanguíneo y el estado de oxidación de las células según nuestra alimentación. De la calidad de nuestro plasma, depende la calidad de nuestros glóbulos rojos!! El pH normal de nuestra sangre debe ser de 7.356, si este delicado balance se descuadra unos pocos puntos, comienzan los problemas de salud.
''La causa de todas las enfermedades degenerativas es el exceso de acidificacion de nuestra sangre, y de los tejidos, debido a una forma desbalanceada de alimentarse. Esta sur acidification lleva a la proliferacion de micro-organismos en nuestro cuerpo que secretan substancias toxicas que se acumulan en los organos y nos producen sintomas, los cuales llamamos enfermedades degenarativas''. - Dr. Robert O. Young (Sick and tired?)
Normalmente existen en nuestro cuerpo microorganismos, con los cuáles convivimos, pero, por nuestros malos hábitos alimenticios, dieta ácida (ver lista de alimentos ácidos y alcalinos adjunta) hacemos que ellos coman, crezcan y se reproduzcan a tal punto que nuestros órganos comienzan a alojar a estos microorganismos, quienes viven preferiblemente en un ambiente ácido y sin oxigeno!!, sobrecargando al sistema inmune y toxificando nuestros órganos filtros, como son el hígado, los riñones, la vesícula y el páncreas.Mi trabajo se trata ayudar a mis pacientes a reestablecer el equilibrio y armonía internos con la nutrición y suplementos alimenticios que ayudan con este cambio de alimentación.
A medida en que nos alcalinizamos, hidratamos y oxigenamos por medio de la nutrición alcalina y el agua, el cuerpo comienza a buscar su propio equilibrio, puesto que el nivel de PH de nuestros fluidos, afecta directamente a todas las células de nuestro cuerpo.Nuestro cuerpo esta compuesto de 70% agua, así que lo primero que debemos hacer es re hidratarnos.
Debemos tomar un litro y medio de agua al día, exprimir medio limón la hace mas alcalina. (Si, el limón es alcalino puesto que no tiene azúcar, es ácido afuera, pero una vez lo tomamos, la química del cuerpo lo hace alcalinizante, puesto que es el azúcar que se fermenta y acidifica al cuerpo, hablaremos de esto mas adelante).
Me encanta la metáfora que emplea mi profesor de microbiología y microscopia nutricional, Dr, Robert Young para explicar la importancia del pH de nuestros fluidos, cuando pregunta: ¿cuando el pescadito que se encuentra en la pecera está enfermo, que debemos hacer? Vamos donde el veterinario? NOOOOO, cambiamos el agua!!! Es tan simple... si nuestros fluidos están ácidos, llenos de toxinas, pues nuestros órganos lo están también!!Es importante que el agua no tenga cloro ni flúor, lo mejor, es conseguir un filtro ionizador de agua que filtra microorganismos patógenos, cloro y flúor, e ioniza, dando agua sin cloro y alcalina. (ojo que no sea un ozonizador!!) Este es el primer paso para combatir la acidez y procurar un ambiente propio para que las células que se encuentran dañadas y con falta de oxigeno, se reestablezcan (lo que llamamos oxidación o daño por los radicales libres)
El segundo paso es cambiar la forma de alimentarnos.
Cuando le hablo a mis clientes obesos o con molestias menores, les digo pueden cambiar progresivamente su alimentación hasta encontrar el equilibrio.
En el caso de pacientes con cáncer o enfermedades degenerativas graves, digo DEBES HACERLO en 100% AHORA!! No hay periodo de transición pues estamos combatiendo contra el tiempo, debes ser radical, esto no es un paliativo, ni una cura de pañitos de agua tibia, es ir directo a la causa del problema y fortalecer al máximo al cuerpo. Nadie puede aliviarse en tu lugar, debes hacerlo tu y esto depende del combustible que le das a tu cuerpo.
Es importante comprender que la recuperación de la salud no se encuentra totalmente en las manos de los médicos, sino que también se encuentra en nosotros mismos y en los planes que Dios tiene, debemos tomar absoluta conciencia que, es lo que comemos lo que va a proporcionarnos un cuerpo y un espíritu tan fuertes, que puedan combatir y vencer al cáncer y sacarlo definitivamente fuera de nuestro cuerpo.
Cuando comemos o bebemos el cuerpo recibe el mensaje de lo que hemos consumido y lo procesa. Normalmente él selecciona nutrientes y toxinas y reacciona en consecuencia. Los nutrientes son los minerales, las vitaminas y los aminoácidos = alimentos alcalinos; y las toxinas vienen de los hongos, levaduras, fermentos, alimentos que no tienen enzimas (cocinados) = alimentos ácidos. La forma de construir glóbulos sanos, es alimentándonos en un 80% de alimentos alcalinos y 50% crudos, para mantener una salud perfecta.
Para recuperarse de una enfermedad grave, lo ideal es 100% alimentos alcalinos, preferiblemente crudos. En el próximo boletín, como lograr una alimentación alcalina, los mitos de la proteína y el calcio. Clara Patricia Montano
Psicóloga, Terapia Nutricional, Microscopia Nutricional
clarilucas@hotmail.com

* la Dieta Sonoma *


La Dieta Sonoma
Más que una dieta, un cambio de hábitos
Por Beatriz Gurdiel R.
La nutricionista californiana Connie Guttersen -asesora nutricional de empresas como Kraft, Nestlé y Sodexho- ha saltado a la fama tras crear un plan alimenticio que propone perder peso aprendiendo a comer, de forma que la pérdida sea gradual y definitiva. La bautizó como Dieta Sonoma y ya ha conquistado a miles de personas alrededor del mundo.
Expertos y nutricionistas parecen coincidir en la fórmula ideal para conseguir y mantener el peso adecuado: ejercicio físico regular y reestructuración de los hábitos alimenticios. Es decir, el secreto no está en seguir puntualmente una determinada dieta que nos permita perder los kilos que nos sobran, sino en “aprender” a comer y adoptar nuevas pautas alimenticias de por vida. De nada sirve sufrir durante tres meses alimentándonos de puras verduras si, después de ese tiempo, volvemos a nuestra rutina alimenticia.
Una reciente encuesta, llevada a cabo en Estados Unidos, puso de manifiesto que el 59% de las mujeres que habían hecho dieta durante el año anterior, adelgazaron, pero tan pronto como dejaron el régimen regresaron a su vieja rutina alimenticia. En poco tiempo no sólo recuperaron el peso perdido, sino que ganaron más kilos.La nutricionista californiana Connie Guttersen -asesora nutricional de empresas como Kraft, Nestlé y Sodexho- coincide con esta teoría. De hecho, ese es el objetivo del plan alimenticio que ha creado y bautizado con el nombre de Dieta Sonoma, “una dieta para ser seguida durante toda la vida”, dice en su libro “The Sonoma Diet”. Un plan alimenticio que ya ha conquistado a miles de personas alrededor del mundo, logrando que sus seguidores pierdan entre 12 y 30 kilos sin dañar su salud y sin volver a engordar. ¿El secreto? No restringe alimentos, busca reeducar la manera de comer de la persona, no cuenta calorías y propone comidas saludables pero sabrosas.
La Dieta Sonoma no restringe alimentos, busca reeducar la manera de comer de la persona, no cuenta calorías y propone comidas saludables pero sabrosas.
La Dieta Sonoma mezcla los conceptos de la dieta mediterránea con ingredientes típicos de California (estado en el que se encuentra la región de Sonoma, famosa por sus viñedos, su sol y su buena gastronomía) y técnicas propias de la cocina asiática. Según Gloria Jury, nutricionista y directora del centro de psiconutrición NUT, “este plan de alimentación está de acuerdo a los últimos estudios y recomendaciones que se hacen en nutrición”, le dijo a Punto Vital. “El fracaso en los planes de tratamiento de obesidad es muy alto, llegan casi al 90% al cabo de 5 años, por lo que organismos mundiales y locales están recomendando más bien cambiar los hábitos alimentarios: aumentar el consumo de verduras, leguminosas, frutas y alimentos integrales, disminuir los alimentos con alto contenido en grasas animales y los azúcares (principalmente azúcares refinados) y comer carbohidratos más integrales o acompañados de verduras, para que tengan un bajo índice glicérico (capacidad del alimento de elevar el azúcar en la sangre). La Dieta Sonoma parece contemplar todas estas recomendaciones, al igual que los planes NUT”.
Claves de “La Dieta Sonoma”
Para comenzar a seguir el plan alimenticio desarrollado por Guttersen son necesarias dos cosas: tener platos con las medidas estipuladas por la nutricionista y conocer los “diez alimentos claves”, que se deberán incluir de por vida en la dieta alimenticia, por su gran valor nutritivo y su alto contenido en antioxidantes. Estos son:
1. Almendras
2. Pimientos de todos los colores
3. Moras
4. Brócoli
5. Uvas
6. Aceite de oliva
7. Espinacas
8. Fresas
9. Tomates
10. Granos integrales
Aunque eso de los “platos a medida” pueda sonar un tanto ridículo, tiene su explicación. La Dieta Sonoma no se rige por el número de calorías ingeridas o por el peso de los alimentos, si no que aboga por no comer más de lo necesario, usando como parámetro la medida de la loza. Para el desayuno es necesario contar con un plato de 14,5 cm. y un bol con capacidad para dos tazas. Para el almuerzo y la cena el plato debe medir 22,5 cm. Cómo llenarlos depende de en cuál de las tres etapas del plan te encuentres.

* Neofobia * el miedo a probar sabores nuevos


Por Beatriz Gurdiel Robles
Los nutricionistas afirman que la salud está directamente relacionada con la alimentación, y que comer sano es una cuestión de educación. Hoy en día, la comida chatarra ha sustituido a la cazuela de vacuno y la ensalada de tomate y choclo. Cada vez hay más miedo a probar nuevos sabores, cada vez tenemos dietas más pobres. ¿Consecuencias? Tras más de 40 años de experiencia clínica e invesestigación, el doctor J. Seignalet -uno de los precursores de lo que se conoce como nutrición celular activa- ha llegado a la conclusión de que en el origen de un número importante de enfermedades (como reumatismo, migrañas, alergias, diabetes, hipertensión, enfermedades cardiovasculares, hemorroides, varices, etc.) se sitúa como factor determinante la alimentación moderna, obviamente inadecuada para el organismo. En su libro “La alimentación o la tercera medicina” afirma que el intestino delgado es la principal vía de entrada de numerosos tóxicos perjudiciales para el ser humano, particularmente a través de la alimentación. Expertos en nutrición abalan sus palabras.Teniendo en cuenta que la alimentación está directamente relacionada con la salud, y que el ser humano cada vez se alimenta peor, resulta evidente la necesidad de poner cartas en el asunto y hacer lo posible por cambiar nuestros hábitos alimenticios y, lo que resulta más importante a ojos de una gran número de nutricionistas, educar el paladar de los más pequeños para que en el futuro sepan comer correctamente.
Según los expertos, comer sano es una cuestión de ecucacion. Si a un niño se le acostumbra a comer pescado desde pequeño, cuando sea adulto lo seguirá comiendo. Si se le acostumbra al sabor de los fritos, de mayor nunca pedirá algo cocinado a la plancha.
Miedo a probar nuevos sabores
“Los expertos en alimentación hemos comenzado a notar que nuestra gente, especialmente nuestros niños, no tienen interés por querer probar sabores nuevos y se quedan anclados en algunos sabores típicos, muy asociados con la comida chatarra como puede ser el ketchup, la mayonesa o la grasa. Crece el desinterés por incorporar comidas más nuevas, más elaboradas”, le dijo a Punto Vital el nutriólogo Jaime García Birón. Se trata de la neofobia, o miedo a probar nuevos sabores, un miedo derivado en la mayoría de los casos de una dieta bastante pobre en cuanto a sabores, que según Birón no sólo afecta a los más pequeños, sino también a los adultos. “Hoy en día los padres no se toman el tiempo para llevar una dieta equilibrada y sana. A veces no es sólo un problema de desinformación si no tambien de tiempo”.
Varios trabajos de investigación realizados en Chile demuestran que la creciente incorporación de la mujer al mercado laboral ha afectado de alguna manera a la dieta familiar, ya que hasta entonces era la mujer quien se encargaba de cuidar de la casa y preparar la comida para todos, sin tener que compaginar este trabajo con tareas externas. “Hoy en día muchas madres no logran encontrar el tiempo necesario para dejar preparado un almuerzo que sea saludable y muchas veces recurren a la comida chatarra porque no tienen tiempo o no tienen ganas, o porque no tienen claro el riesgo que a la larga puede tener una dieta pobre”, afirma Birón. Sin embargo, añade, “la falta de tiempo no debe ser excusa para dejar de lado alimentos saludables como la fruta, los vegetales, el pescado”.
Según los expertos, comer sano es una cuestión de ecucacion. Si a un niño se le acostumbra a comer pescado desde pequeño, cuando sea adulto lo seguirá comiendo. Si se le acostumbra al sabor de los fritos, de mayor nunca pedirá algo cocinado a la plancha.
El principal problema de esa negativa a probar nuevos sabores que muchos niños (y también adultos) chilenos experimentan hoy en día es que impide que una dieta sea rica, y en nutrición –como dice Birón- “en la variedad está la riqueza”. Además, suele inducir a un aumento de la ingesta de comida chatarra, “que es la peor para la salud, ya que se caracteriza por alimentos ricos en sal y grasas y pobres en fibra”.
Por otro lado, según el nutriólogo, “este desinterés por probar nuevos sabores no contribuye mucho a que la persona desarrolle habilidades o actitudes sensoriales que tienen que ver con una mayor capacidad de aprendizaje, una mayor inteligencia emocional, una capacidad de conectarse en situaciones como el arte y se va estrechando la visión sensorial y emocional”.
Cómo combatir la neofobia ? El desinterés por nuevos sabores, o el empeño en comer siempre lo mismo, puede ser fruto de un interés limitado en conocer cosas nuevas, aunque en muchos casos es una cuestión de costumbres que puede llegar a considerarse como una especie de “adicción”. Es decir, si de niños nos acostumbramos a comer siempre completos y papas fritas, de adultos necesitaremos comer completos y papas firtas. “Tras la negativa a nuevos sabores hay un fenómeno químico en el organismo que tiene que ver con la presencia de una mayor cantidad de grasa saturada y azúcar que tienen un efecto en el ánimo. Es como el tabaco. Si una persona se acostumbra a ingerir diariamente un nivel alto de grasa y azúcar, no comerlo va a provocar una cierta ansiedad, una preocupación. El cuerpo demandará esos alimentos”, asegura el nutriólogo.Por ello es imprescindible cuidar la alimentación de los hijos incluso antes de que hayan nacido. Sus hábitos alimentarios han der ser variados y ricos en todo tipo de nutrientes, sólo así su gusto estará educado y preparado para cualquier sabor y para llevar con gusto una dieta rica y balanceada. “Incluso durante el embarazo y la lactancia es importante que la mamá lleve una dieta lo más variada y sana posible, ya que el sabor de la leche materna irá cambiando dependiendo de la alimentación, lo que ofrece al bebé la posibilidad de comenzar a identificar sabores”. Más adelante, los purés, las papillas y los jugos son buenas fórmulas para incluir un gran número de sabores y alimentos en la dieta del pequeño.
“Los expertos en alimentación hemos comenzado a notar que nuestra gente, especialmente nuestros niños, no tienen interés por querer probar sabores nuevos y se quedan anclados en algunos sabores típicos, muy asociados con la comida chatarra como puede ser el ketchup, la mayonesa o la grasa. Crece el desinterés por incorporar comidas más nuevas, más elaboradas”
Dr. Jaime García Birón, nutriólogo
Hay muchas formas de “convencer” a los más pequeños para que prueben la más amplia gama de alimentos. “Hacerlos partícipes de sus comidas, invitarlos a cocinar, jugar con los colores de las frutas y verduras, hacer platos atractivos en forma de caras o dibujos” son buenas alyternativas para involucar a los niños en al alimentacion y despertar su curiosidad por los alimentos.
“Es imprescindible que nos demos cuenta de que debemos comenzar a educar y autorregular el tema de la alimentación, no sólo en Chile si no en la gran mayoría de los países”, concluye Biróin. “Pero para eso es necesario llevar a cabo cambios grandes, estructurales, no se puede hacer de forma brusca porque significaría cambiar la industria de los alimentos. Tiene que haber un proceso de cambio en el que todos deben remar hacia el mismo lado y eso requiere mucho diálogo entre los dieferentes actores y cada vez más informacion a los usuarios, más datos a las mamás y a las familias a través de los colegios, de los hogares, de la universidad y de los lugares de trabajo. Es fundamental tomar conciencia de los beneficios de una alimentación saludable (y actividad física regular) y los riesgos y costos de una alimentación pobre”.

* la dieta según los Grupos Sanguíneos *


Características Generales del Tipo B
Las personas con sangre del tipo B presentan, según D'Adamo, un sistema inmunitario activo, facilidad de adaptación ambiental y nutricional, bienestar con actividades físicas o deportivas moderadas y equilibradas, y un aparato digestivo eficiente, que le permite seguir una dieta variada y equilibrada con leche y derivados, pero que posee poca tolerancia a los embutidos, la carne de cerdo, el marisco, las semillas y los frutos secos.
Las normas generales a seguir por las personas del tipo B serían:
1) Llevar una dieta variada y equilibrada.
2) Consumir abundantes frutas y hortalizas de hoja verde.
3) Consumir carnes magras, pero evitando las de pollo y cerdo, así como los embutidos.
4) Consumir pescado y evitar los mariscos. No se recomiendan las gambas, los cangrejos, la langosta, los mejillones, las ostras, las almejas, el pulpo, las anchoas, la anguila y los caracoles.
5) Consumir huevos, leche y derivados (es el único que los tolera bien).
6) Limitar los productos a base de trigo y maíz.
7) Limitar el consumo de semillas y frutos secos.
8) Practicar actividades físicas moderadas y equilibradas, como los ejercicios aeróbicos, la bicicleta, la natación, el yoga o el tenis.
9) Utilizar, en caso de malestar, productos fitoterapéuticos o infusiones de salvia, menta, ginseng o regaliz, pero evitar las de tila, lúpulo, ruibarbo, aloe.
En cuanto a los alimentos que favorecen el aumento de peso en las personas del tipo B, son el maíz, las lentejas, las semillas de sésamo, el trigo. Y favorecendo el adelgazamiento los vegetales de hoja verde, el té, la carne -especialmente la de hígado-, los huevos y los lácteos.
Características Generales del Tipo AB
Las personas con sangre del tipo AB presentan según D'Adamo un sistema inmunitario vulnerable, facilidad de adaptación a las condiciones de vida modernas, bienestar con una actividad física o deportiva relajante que exija esfuerzos moderados y un aparato digestivo frágil, que demanda una dieta mixta moderada y tolera mal las carnes rojas, la pasta y los frutos secos.
Las normas generales a seguir por las personas del tipo AB serían:
1) Limitar el consumo de carnes rojas y evitar las carnes en conserva o ahumadas, así como los embutidos.
2) Consumir pescado y marisco, pero evitando la langosta, las gambas, los cangrejos, las ostras, las almejas, el pulpo, la lubina, las anchoas y la anguila.
3) Evitar el consumo de productos a base de harina de trigo y limitar el consumo de pasta.
4) Consumir leche, yogurt y quesos, salvo cuando al hacerlo se provoquen afecciones a las vías altas respiratorias. En tal caso, deben suprimirse.
5) Consumir frutas -especialmente ciruelas, uvas, piña- y hortalizas en abundancia -sobre todo tomate-.
6) Preferir las grasas vegetales -primando el aceite de oliva-, pero evitar el vinagre.
7) Eliminar los encurtidos y la pimienta.
8) Preferir las actividades físicas y deportivas relajantes, que exijan sólo esfuerzos moderados.
9) En caso de malestar utilizar productos fitoterapéuticos o infusiones de manzanilla, cardo mariano, equinácea, regaliz o espino blanco, pero evitar las de tila, lúpulo, aloe.
Los alimentos que favorecen el aumento de peso en las personas del tipo AB son las carnes rojas, el maíz, el trigo, las judías y las semillas de sésamo, mientras que favorecen el adelgazamiento las verduras, las algas marinas, los pescados, los lácteos, la piña y el tofu.

* la dieta según los Grupos Sanguíneos *

Características Generales del Tipo B
Las personas con sangre del tipo B presentan, según D'Adamo, un sistema inmunitario activo, facilidad de adaptación ambiental y nutricional, bienestar con actividades físicas o deportivas moderadas y equilibradas, y un aparato digestivo eficiente, que le permite seguir una dieta variada y equilibrada con leche y derivados, pero que posee poca tolerancia a los embutidos, la carne de cerdo, el marisco, las semillas y los frutos secos.
Las normas generales a seguir por las personas del tipo B serían:
1) Llevar una dieta variada y equilibrada.
2) Consumir abundantes frutas y hortalizas de hoja verde.
3) Consumir carnes magras, pero evitando las de pollo y cerdo, así como los embutidos.
4) Consumir pescado y evitar los mariscos. No se recomiendan las gambas, los cangrejos, la langosta, los mejillones, las ostras, las almejas, el pulpo, las anchoas, la anguila y los caracoles.
5) Consumir huevos, leche y derivados (es el único que los tolera bien).
6) Limitar los productos a base de trigo y maíz.
7) Limitar el consumo de semillas y frutos secos.
8) Practicar actividades físicas moderadas y equilibradas, como los ejercicios aeróbicos, la bicicleta, la natación, el yoga o el tenis.
9) Utilizar, en caso de malestar, productos fitoterapéuticos o infusiones de salvia, menta, ginseng o regaliz, pero evitar las de tila, lúpulo, ruibarbo, aloe.
En cuanto a los alimentos que favorecen el aumento de peso en las personas del tipo B, son el maíz, las lentejas, las semillas de sésamo, el trigo. Y favorecendo el adelgazamiento los vegetales de hoja verde, el té, la carne -especialmente la de hígado-, los huevos y los lácteos.
Características Generales del Tipo AB
Las personas con sangre del tipo AB presentan según D'Adamo un sistema inmunitario vulnerable, facilidad de adaptación a las condiciones de vida modernas, bienestar con una actividad física o deportiva relajante que exija esfuerzos moderados y un aparato digestivo frágil, que demanda una dieta mixta moderada y tolera mal las carnes rojas, la pasta y los frutos secos.
Las normas generales a seguir por las personas del tipo AB serían:
1) Limitar el consumo de carnes rojas y evitar las carnes en conserva o ahumadas, así como los embutidos.
2) Consumir pescado y marisco, pero evitando la langosta, las gambas, los cangrejos, las ostras, las almejas, el pulpo, la lubina, las anchoas y la anguila.
3) Evitar el consumo de productos a base de harina de trigo y limitar el consumo de pasta.
4) Consumir leche, yogurt y quesos, salvo cuando al hacerlo se provoquen afecciones a las vías altas respiratorias. En tal caso, deben suprimirse.
5) Consumir frutas -especialmente ciruelas, uvas, piña- y hortalizas en abundancia -sobre todo tomate-.
6) Preferir las grasas vegetales -primando el aceite de oliva-, pero evitar el vinagre.
7) Eliminar los encurtidos y la pimienta.
8) Preferir las actividades físicas y deportivas relajantes, que exijan sólo esfuerzos moderados.
9) En caso de malestar utilizar productos fitoterapéuticos o infusiones de manzanilla, cardo mariano, equinácea, regaliz o espino blanco, pero evitar las de tila, lúpulo, aloe.
Los alimentos que favorecen el aumento de peso en las personas del tipo AB son las carnes rojas, el maíz, el trigo, las judías y las semillas de sésamo, mientras que favorecen el adelgazamiento las verduras, las algas marinas, los pescados, los lácteos, la piña y el tofu.

* la dieta según los Grupos Sanguíneos *


Características Generales del Tipo 0
Según Peter D'Adamo las personas con sangre del tipo 0 presentan -en general- un sistema inmunitario potente y muy activo, tendencia a una actividad tiroidea lenta, dificultad de adaptación a nuevas condiciones ambientales y nutricionales, bienestar con actividad física o deportiva regular e intensa y un aparato digestivo muy eficiente, capaz de metabolizar dietas ricas en proteínas (carnes magras, pescado y marisco). En cuanto a los alimentos que le son muy beneficiosos o perjudiciales.las personas del tipo 0 deben:
1) Consumir frutas y verduras en abundancia pero reducir el consumo de las crucíferas (coliflor, brócoli, bruselas) y las hortalizas de la familia de las solanáceas (berenjenas, papas, etc.), excepto los tomates.
2) Consumir carnes magras equilibrando esa aporte con verdura. Deben evitar, sin embargo, la carne de cerdo, las conservas y los embutidos.
3) Consumir pescado y marisco, a excepción de pulpo, salmón ahumado, sardinas en lata, caviar, así como el pescado en conserva.
4) Limitar o evitar el consumo de leche, lácteos, quesos y huevos. Están permitidos la mantequilla, los quesos frescos magros y los quesos de soja.
5) Eliminar todo producto que contenga trigo y limitar los que llevan maíz y cereales.
6) Evitar las bebidas gaseosas, las colas y el café, prefiriendo el té.
7) Practicar alguna actividad física de forma regular. Les van mejor los deportes competitivos, que requieren intenso esfuerzo físico.
8) En presencia de problemas, utilizar productos fitoterapéuticos o infusiones de diente de león, menta, olmo, lúpulo. Y evitar las de áloe.
Cabe añadir que los alimentos que favorecen el aumento de peso en las personas del tipo 0 son el gluten del trigo, el maíz, las judías, las lentejas y las crucíferas (coliflor). Por el contrario, favorecen la pérdida de peso las algas marinas, la sal yodada (en forma muy moderada), los pescados y mariscos, la carne de hígado, las espinacas y el brócoli.
Características Generales del Tipo A
Las personas con sangre del tipo A presentan según D'Adamo -hablando en general, insistimos- un sistema inmunitario vulnerable, una buena adaptación a condiciones ambientales y nutritivas estables, bienestar con una actividad física o deportiva relajante, un aparato digestivo frágil que tolera mal la carne, la harina de trigo, la leche y sus derivados. Este grupo es más proclive y compatible con una dieta vegetariana, rica en cereales y legumbres. Las personas del tipo A deberían
1) Basar su dieta en el consumo de fruta, cereales, legumbres y verduras.
2) Consumir pescado sólo en pequeñas cantidades (mero, bacalao, merluza, salmón, sardina, trucha), excluyendo los pescados planos como el lenguado. 3) Limitar el consumo de carne, pero evitando los embutidos, las carnes -especialmente si están en conserva- y los alimentos salados o ahumados.
4) Evitar el consumo de leche y derivados. En cambio, la soja y sus derivados le son particularmente beneficiosos.
5) No consumir alimentos precocinados.
6) Consumir de forma habitual semillas oleaginosas y frutos secos(pasas, almendras), pero evitando las nueces y los pistachos.
7) Reducir el consumo de productos a base de harina de trigo.
8) Practicar actividades físicas relajantes (yoga, Tai-Chi, bicicleta, natación, excursiones).
9) Utilizar en caso de malestar productos fitoterapéuticos o infusiones de manzanilla, cardo mariano, equinácea, valeriana, aloe.
Cabe señalar que los alimentos que favorecen el aumento de peso en las personas del tipo A son las carnes, los alimentos lácteos, las habas y el exceso de trigo. Y favorecen el adelgazamiento los vegetales, los aceites vegetales, la soja y la piña.

* la dieta según los Grupos Sanguíneos *


El tipo de sangre que tenemos sería la causa de una predisposición a preferir y sintetizar mejor ciertos alimentos. Un manejo adecuado de este dato podría ayudarnos a bajar de peso de manera más natural. A fines de la década de 1970, James D´Adamo, un médico naturista estadounidense, advirtió que los tratamientos dietéticos que aconsejaba a sus pacientes presentaban resultados muy dispares. Lo que más llamó su atención fue que, mientras la dieta vegetariana se mostraba muy eficaz en algunas personas, en otras no funcionaba y en algunas, incluso, les provocaba reacciones no deseadas. En ese momento, pudo concluir que había algo en la fisiología de cada individuo que lo lleva a preferir y asimilar mejor cierto tipo de comidas, en desmedro de otras. E intuyó que como, la sangre es la fuente principal de nutrición del organismo, la respuesta podía estar en ella. Durante años estudió, evaluó e hizo un seguimiento de sus pacientes con distintos grupos sanguíneos, en la búsqueda de un patrón común. Observó, por ejemplo, que las personas de sangre tipo A responden mal a las dietas generosas en proteínas cárnicas, pero muy bien a las ricas en proteínas vegetales. Y que a esas mismas personas, ni la leche ni sus derivados les iban bien. También notó que mejoraban su condición física con ejercicios leves como el yoga, en tanto que la actividad más dinámica les producía malestar. En las personas de sangre tipo 0 notó que esto funcionaba a la inversa: tenían buenos resultados con la carne y los ejercicios más intensos. Así, llegó a la conclusión de que, en efecto, el refrán que dice "lo que es alimento para un hombre puede ser veneno para otro", encerraba una gran verdad.
A fines de la década de 1970, James D´Adamo, un médico naturista estadounidense, advirtió que los tratamientos dietéticos que aconsejaba a sus pacientes presentaban resultados muy dispares según el grupo sanguíneo
Todas aquellas observaciones las recogería James D'Adamo en una obra titulada El alimento de un hombre ("One Man´s Food"), que vería la luz en 1980. Por estos días, en Estados Unidos se ha reeditado el libro y, con ello, la fiebre por seguir la llamada Dieta del Grupo Sanguíneo.
Fue, sin embargo, su hijo Peter el que estableció la relación del grupo sanguíneo con los alimentos. Y lo hizo descubriendo, en primer lugar, que dos de las principales afecciones del estómago -la úlcera y el cáncer- se daba más en grupos sanguíneos concretos. La úlcera en las personas del tipo 0 y el cáncer en las del tipo A. Con los cientos de antecedentes que reunió lanzó la teoría en orden a que el tipo de sangre predispone a las personas a un tipo de alimentación concreto y sigular. E, incluso, que predispone más a unas enfermedades que a otras. Si bien esta tesis ha sido muy discutida durante las dos últimas décadas, los especialistas todavía no logran ponerse de acuerdo ni descartarla totalmente, dado que en la base de sus conclusiones está un hecho indesmentible: que la salud depende, en mucha mayor medida de lo que la gente imagina, de la alimentación.
"A priori, no podría desecharse la idea de que una persona que orgánicamente rechaza o no procesa en forma adecuada las proteínas de la carne roja, por ejemplo, tenga una predisposición a nivel de antígenos en su sangre, que la lleve a reaccionar así. Sin embargo, cada vez hay más consenso en que el balance nutricional es fundamental para el bienestar físico y mental, porque hay actividades que demandan elementos proteicos que son irreemplazables. O, por lo menos, difíciles de reemplazar, si es que la persona, además, descuida otros grupos de nutrientes importantes, como los carbohidratos y las vitaminas que, idealmente, debiera proveerlas a través de frutas y granos, y no a partir de azúcares artificiales", explica la nutricionista Angeles Díaz. Para James y Peter D'Adamo, más que una alimentación hipercalórica, una causa del sobrepeso es tener hábitos de alimentación incompatibles con el tipo de sangre. Según esto, una persona podría perfectamente no subir de peso en base a alimentos ricos en carbohidratos. Pero cabe hacer la precisión de que estos investigadores señalan en su libro que la relación no es aplicable al 100% de los casos, ya que en sus propios estudios había un margen de "excepciones" que no respondían a esa regla. Es decir, no todos los organismos de las personas del mismo tipo de sangre son intolerantes a los mismos alimentos. Las pautas generales que ofrecen, tras años de estudio clínico, son una orientación. Y, en ningún caso, deberían aplicarse sin un chequeo médico previo.
El origen de los Grupos Sanguíneos
Padre e hijo, obviamente, se preguntarían por qué reacciona de forma tan diferente la sangre de unas personas con respecto a la de otras y a qué se debe la incompatibilidad manifiesta entre ellas, en algunos casos. Su conclusión -que puede ser discutida- es la de que cada grupo sanguíneo es el resultado de un momento de la propia evolución humana. Según ellos, el grupo sanguíneo del tipo 0 -el más antiguo y extendido- tendría más de 40.000 años de existencia y procedería de los hombres del Cro-Magnon, cuya alimentación se basaba en la caza y, por ende, en las proteínas de la carne.
El siguiente en aparecer habría sido el tipo A -entre 25.000 y 10.000 años- y apareció con las primeras sociedades agrícolas, cuya alimentación se basaba en el consumo de cereales y vegetales, procediendo especialmente de Asia y Oriente Medio.
El tipo B provendría de las montañas del Himalaya, hace aproximadamente entre 15.000 y 10.000 años, siendo propio de los habitantes nómadas de las estepas asiáticas.
En cuanto al tipo AB, éste habría surgido de la mezcla entre caucasianos (A) y mongoles (B).
Pues bien, para los D'Adamo la reacción de cada uno de los tipos sanguíneos se debería a que la sangre guarda una especie de "memoria celular" que "recuerda" su ancestral tipo de alimentación.
Ahora bien, ¿por qué reacciona la sangre ante ciertos alimentos como si éstos fueran peligrosos enemigos? Peter D'Adamo asegura que se debe a las lectinas de los alimentos. ¿Y qué son las lectinas? Pues un tipo de proteínas cuyos antígenos también producen la activación del sistema inmune y, consecuentemente, el fenómeno de aglutinación (coagulación) de la sangre. Algunas lectinas hasta pueden producir la muerte instantánea en presencia de cantidades infinitesimales, al convertir los glóbulos rojos en coágulos que obstruyen las arterias. Es el caso de la ricina que contienen las semillas de castor (Ricinus communis), aunque, afortunadamente la mayoría de las lectinas de nuestra dieta no son tan peligrosas. Y lo importante es que cada grupo sanguíneo reacciona de manera diferente ante ellas. Es decir, hay lectinas alimentarias que son rechazadas por las personas de un tipo de sangre, mientras no ocurre así con otros, para los que incluso son beneficiosas.
Alimentos Beneficiosos, Neutros o Desaconsejados
En suma, Peter D'Adamo clasifica los alimentos en relación con los cuatro grupos sanguíneos en beneficiosos, neutros y desaconsejados. Los primeros son -en cada grupo sanguíneo- los que desarrollan un papel nutricional óptimo asegurando además una actividad antioxidante, antimutágena y anticancerígena. Podríamos decir que son "alimentos medicinales". Los segundos llevan a cabo un papel meramente nutritivo. Y los terceros son los que contienen sustancias no digeribles para los individuos de un determinado grupo sanguíneo debido a sus lectinas específicas, porque provocan la reacción defensiva del sistema inmune que los aglutina para poder luego eliminarlos.

Compatibilidad entre los grupos sanguíneos:

Las personas con sangre del tipo 0 son "donadoras universales". Es decir, pueden donar sangre a cualquiera de las que tienen otros tipos de sangre, pero sólo pueden recibir la suya propia.
Las personas del tipo AB son "receptoras universales", es decir, pueden recibir sangre de todos los demás, pero sólo pueden donar a los de su propio tipo.
Las personas del tipo A pueden recibir sangre de su mismo tipo y del grupo 0, pero no pueden recibir de los tipos B y AB. Y puede donar a los de su mismo tipo y a las de tipo AB.
Las personas del tipo B pueden recibir sangre de su mismo tipo y del grupo 0, pero no pueden recibir de los tipos A y AB. Y puede donar a los de su mismo tipo y a las de tipo AB.

* la dieta según los Grupos Sanguíneos *

Características Generales del Tipo 0
Según Peter D'Adamo las personas con sangre del tipo 0 presentan -en general- un sistema inmunitario potente y muy activo, tendencia a una actividad tiroidea lenta, dificultad de adaptación a nuevas condiciones ambientales y nutricionales, bienestar con actividad física o deportiva regular e intensa y un aparato digestivo muy eficiente, capaz de metabolizar dietas ricas en proteínas (carnes magras, pescado y marisco). En cuanto a los alimentos que le son muy beneficiosos o perjudiciales.las personas del tipo 0 deben:
1) Consumir frutas y verduras en abundancia pero reducir el consumo de las crucíferas (coliflor, brócoli, bruselas) y las hortalizas de la familia de las solanáceas (berenjenas, papas, etc.), excepto los tomates.
2) Consumir carnes magras equilibrando esa aporte con verdura. Deben evitar, sin embargo, la carne de cerdo, las conservas y los embutidos.
3) Consumir pescado y marisco, a excepción de pulpo, salmón ahumado, sardinas en lata, caviar, así como el pescado en conserva.
4) Limitar o evitar el consumo de leche, lácteos, quesos y huevos. Están permitidos la mantequilla, los quesos frescos magros y los quesos de soja.
5) Eliminar todo producto que contenga trigo y limitar los que llevan maíz y cereales.
6) Evitar las bebidas gaseosas, las colas y el café, prefiriendo el té.
7) Practicar alguna actividad física de forma regular. Les van mejor los deportes competitivos, que requieren intenso esfuerzo físico.
8) En presencia de problemas, utilizar productos fitoterapéuticos o infusiones de diente de león, menta, olmo, lúpulo. Y evitar las de áloe.
Cabe añadir que los alimentos que favorecen el aumento de peso en las personas del tipo 0 son el gluten del trigo, el maíz, las judías, las lentejas y las crucíferas (coliflor). Por el contrario, favorecen la pérdida de peso las algas marinas, la sal yodada (en forma muy moderada), los pescados y mariscos, la carne de hígado, las espinacas y el brócoli.
Características Generales del Tipo A
Las personas con sangre del tipo A presentan según D'Adamo -hablando en general, insistimos- un sistema inmunitario vulnerable, una buena adaptación a condiciones ambientales y nutritivas estables, bienestar con una actividad física o deportiva relajante, un aparato digestivo frágil que tolera mal la carne, la harina de trigo, la leche y sus derivados. Este grupo es más proclive y compatible con una dieta vegetariana, rica en cereales y legumbres.
Las personas del tipo A deberían:
1) Basar su dieta en el consumo de fruta, cereales, legumbres y verduras.
2) Consumir pescado sólo en pequeñas cantidades (mero, bacalao, merluza, salmón, sardina, trucha), excluyendo los pescados planos como el lenguado.
3) Limitar el consumo de carne, pero evitando los embutidos, las carnes -especialmente si están en conserva- y los alimentos salados o ahumados.
4) Evitar el consumo de leche y derivados. En cambio, la soja y sus derivados le son particularmente beneficiosos.
5) No consumir alimentos precocinados.
6) Consumir de forma habitual semillas oleaginosas y frutos secos(pasas, almendras), pero evitando las nueces y los pistachos.
7) Reducir el consumo de productos a base de harina de trigo.
8) Practicar actividades físicas relajantes (yoga, Tai-Chi, bicicleta, natación, excursiones).
9) Utilizar en caso de malestar productos fitoterapéuticos o infusiones de manzanilla, cardo mariano, equinácea, valeriana, aloe.
Cabe señalar que los alimentos que favorecen el aumento de peso en las personas del tipo A son las carnes, los alimentos lácteos, las habas y el exceso de trigo. Y favorecen el adelgazamiento los vegetales, los aceites vegetales, la soja y la piña.

viernes, 25 de septiembre de 2009

* La Hora del Té * una Tradición Inglesa


El hábito de reunirse en torno a una mesa de té, ha caracterizado desde hace siglos a toda la sociedad inglesa, con una fuerza tal que logró prevalecer generación tras generación, en todas las clases sociales.
En las comunidades de agricultores y obreros, el té de la tarde se convirtió en el famoso "high tea". Al igual que la principal comida del día, el "high tea" se servía entre la merienda que disfrutaban las señoras en la sala y la cena de la alta burguesía a las siete de la tarde. La carne, el pan y el pastel que se servía a la hora del "high tea", era acompañado indefectiblemente por un exquisito té caliente.
Años después, el hábito se instaló entre los orfebres, ceramistas y fabricantes de lino, quienes se dedicaron a vestir la ceremonia con una serie de preciosismos. Comenzaron a fabricarse utensilios especiales para servir, preparar la mesa, e incluso llegaron a publicarse libros donde se enseñaba a las señoras a aprovechar correctamente cada uno de los detalles.
Cuando el té llegó a las clases sociales más elevadas, el grado de sofisticación, que ya era alto, creció aún más. Comenzó a utilizarse la conocida denominación "Five o'clock Tea", a pesar que la tradicional hora del té es a las cuatro de la tarde.
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